Durante su etapa de cultivo se alimenta directamente de los nutrientes de las aguas del mar interior de Chiloé, sin intervención del hombre. Por otra parte, es sometido a los más estrictos controles ambientales y sanitarios por las autoridades de este país.
El chorito chileno es un producto sano y nutritivo, rico en proteínas, vitaminas y Omega 3. Además, aporta una importante cantidad de minerales como el hierro, calcio, magnesio, potasio y yodo. Es rico también en ácido fólico y vitamina E. Tiene bajos niveles de colesterol y altos niveles de fosfolípidos. Es ideal para dietas de control de peso e hipertensión.